miércoles, 24 de julio de 2013

EL ATARDECER DEL "FIN DEL MUNDO"

Hace un mes aproximadamente, me sorprendió un atardecer que desde casa parecía que el monte más próximo a la ciudad donde vivo estaba ardiendo en llamas.

La vega lagunera con el Teide al fondo (visión oeste),
a la derecha el norte. Foto de I Love La Laguna
La ciudad de San Cristóbal de La Laguna está en un valle (altiplano) rodeado de montañas no muy altas por el oeste, norte y este, mientras que por el sur aparece una depresión con diversos barrancos que van a parar a la ciudad de Santa Cruz de Tenerife. Las montañas no son muy altas (900 metros de altitud) porque la vega lagunera, de por si, ya es elevada, la ciudad se encuentra a unos 600 metros de altitud. Así, en verano es muy calurosa, al tener forma de olla y en invierno muy húmeda, ya que todas esas montañas, pobladas por un bosque de laurisilva, descargan sus aguas al centro de esa vega (antiguamente había una laguna, de ahí el nombre de la ciudad). Lo normal es que en Canarias haya un régimen de vientos moderados, los alisios, estos vientos vienen del noroeste, son frescos y están cargados de humedad del Océano Atlántico, toda esa humedad se condensa en nubes que se frenan en esas montañas y dependiendo de la presión atmosférica esa capa de nubes está más o menos alta.

En este caso, la capa de inversión estaba alta y al atardecer, el Sol entraba en la ciudad entre las nubes y la montaña. El efecto, como ya comenté era como si el monte estuviera en llamas.

Esa tarde me asusté, mi primera reacción fue poner la radio y buscar información, hasta que observando el fenómeno me di cuenta de que no olía a humo, no existía ese calor residual de un incendio y por el movimiento de las nubes, me di cuenta que en realidad era la luz del Sol pasando entre las nubes.

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