El cielo estaba tan tan espeso de tierra debido a la calima que la visibilidad era casi nula, desde un mirador en las Cañadas del Teide, donde el Teide se puede ver majestuoso, apenas era perceptible entre la nube de arena.
En la fotografía el Teide debería estar en el centro de la imagen, pero se hace muy difícil distinguir apenas el pico del volcán.
Sin embargo, al seguir subiendo, la densidad de la arena fue disminuyendo y en el lugar de observación estaba más o menos aceptable.
Estuve haciendo pruebas con NINA como nuevo sistema de control y saqué bastantes cosas en claro. El objeto elegido para apuntar, guiar y fotografiar fue la galaxia M65 en la constelación de Leo. El resultado final fue este: